lunes, 28 de julio de 2008

Más Allá de la Superficie....


Más Allá de la Superficie......

Más allá, más acá.
Más allá
Más allá de la superficie.
Más allá de la convención social
Del condicionamiento externo
De la palabra ajena inocua y desubicada.

Más allá
Más allá del responder
Más allá de hacer lo que te dicen que hagas
Del imperio del otro sobre vos
Del “sin sentido” de no ser uno mismo.

Más allá
Más allá del alambrado invisible.
Más allá de eso que cerca tu alma
Del abismo conducente al muerte en vida.
De no responderte a vos mismo, sino a los demás.

Más allá de todo
Estás vos,¿ a quién le respondés ?
¿ por quién vas a vivir?,
¿ A donde vas a dirigirte?
Más allá de todo
Más acá estás vos, pero
¿ Sabés quién sos realmente?

Maria Laura Clancy
05/05/07
Ciudad Autónoma de Buenos Aires

sábado, 26 de julio de 2008

Caballito, Mi Barrio



En los primeros años del siglo XIX se afincan en la zona un grupo de inmigrantes genoveses: Cánova, Mortachioli, Navone y Villa, cuyos apellidos se castellanizaron poco después como Cáneva, Montarcé, Naón y Vila, siendo este último el que daría lugar al nombre definitivo del "barrio".

Don Nicolás Vila, casado con doña Juana Agriente (y concuñado de Francisco Montarcé), adquiere el 15 de febrero de 1821, a don Juan Antonio Avalos, la manzana comprendida por las actuales Av. Rivadavia y Emilio Mitre, una casa de cuatro habitaciones, una de ellas formando esquina, con puertas a ambas calles, techo de azotea, en la que instaló una pulpería.

Poco después compra a un tal Galeano, una vieja ballenera que había encallado frente al paseo de La Alameda, la que transporta en carreta hasta la pulpería, y una vez desarmada, utiliza su tablazón para cercar el predio. En el palenque exterior, frente a una de las puertas de entrada, plantó el mástil de la embarcación, y en la perilla del mismo colocó una veleta de latón con la figura de un caballito de patas retaconas, que había comprado en la herrería de Monteagudo, en la calle Venezuela entre Perú y Bolívar.

Fue a partir de entonces que los numerosos parroquianos que concurrían al negocio (particularmente los días domingo, en que don Nicolás vendía sus famosos raviolis (que preparaba con la acelga de su quinta), y también los transeúntes, comenzaron a utilizar la veleta como referencia geográfica: "antes del Caballito", "pasando el Caballito", "frente al Caballito", etc., institucionalizando el nombre que terminó por generalizarse a todo el vecindario.


El 29 de agosto de 1857 se realizó el viaje inaugural del Ferro Carril del Oeste, construido por la Sociedad de Fierro de Buenos Aires al Oeste, con trenes que eran arrastrados por las históricas y legendarias locomotoras La Porteña y La Argentina. El 28 de julio de 1904 se reúnen en la Oficina de Cargas, 95 empleados de las diversas reparticiones de la empresa con el objeto de fundar un club, cuya finalidad será la de fomentar los ejercicios físicos entre sus asociados, dando de esta forma nacimiento al club Ferro Carril Oeste, claro embajador del deporte nacional y símbolo del barrio.

Zona de lujosas quintas a lo largo de la actual Avenida Rivadavia, era para los porteños un lugar de fin de semana. Precisamente de una de esas quintas, la de Ambrosio Plácido Léxica, nace en 1928 el Parque Rivadavia. El tranvía y más adelante el subterráneo, contribuirán y en mucho al desarrollo de este barrio, hoy en día uno de los más residenciales de Buenos Aires y en cuyo interior se encuentra localizado el centro geográfico de nuestra ciudad.